5 lecciones que nos deja el coronavirus

En medio de la indiferencia de mucha gente, el proceso acelerado de contagio ha logrado despertar la preocupación y temor de los ciudadanos, jamás el Ecuador y menos aún Guayaquil pensó ser el centro de contagio de un virus que hoy tiene al mundo en encierro y a la mayor parte de las industrias en jaque.

En medio de la indiferencia de mucha gente, el proceso acelerado de contagio ha logrado despertar la preocupación y temor de los ciudadanos, jamás el Ecuador y menos aún Guayaquil pensó ser el centro de contagio de un virus que hoy tiene al mundo en encierro y a la mayor parte de las industrias en jaque.

El sector inmobiliario no es la excepción, sin embargo en este encierro los comentarios de muchas familias, amigos y vecinos se han volcado a reconocer el valor de vivir en un lugar adecuado, tranquilo, confortable y seguro.  La inversión inmobiliaria hoy como ave fénix muestra su alto vuelo y nos confirma que es la inversión más importante de la vida de una persona y de una familia.

Oporto quiere compartir contigo algunas de las verdades aprendidas con el coronavirus en este proceso que apenas empieza:

  1. La seguridad es prioridad: vista como la posibilidad de vivir tranquilo en un lugar que tiene servicio de control de ingreso, guardianía, cámaras de seguridad y políticas de convivencia. Definitivamente nuestra familia, nuestros padres o nosotros mismos estamos seguros, pues, aunque no salgamos de casa en mi urbanización estoy bien, tranquilo y feliz.
  1. Comprar una casa es la mejor inversión: hoy valorada de forma incalculable, las familias que tienen su casa disfrutan de un encierro feliz, independiente, seguro, con jardines y espacios verdes para que los niños jueguen, dos pisos para compartir en familia sin salir de casa y en algunos casos hasta con piscina privada. ¡Wow! Si nos encierran así seguro nos sentiremos felices.
 
  1. La tranquilidad es vida: el tráfico y el caos de la ciudad, los vendedores ambulantes, las áreas de alto tráfico, los extraños circulando en todas partes sin protección de mascarillas, las ambulancias con sirenas, la policía patrullando y la delincuencia son determinantes para decidir vivir en una urbanización o conjunto privado. Lo que es cierto es q en una crisis, vivir en Oporto mejora nuestra vida y la de nuestra familia.
  1. Ambiente familiar, la mejor medicina: nada se compara con el estar en casa, no quisiéramos ni imaginar cómo las familias hubieran entrado en pánico colectivo lejos de sus hijos, esposos o esposas. Hoy la solidaridad y el acercamiento rompe fronteras, con familias unidas disfrutando de juegos, cenas, inclusive trabajo y compartiendo con sus seres queridos a través de una cámara en el computador o en el celular.
  1. La maravilla del internet: la experiencia más lejana y extraña era el uso de plataformas digitales, muchos reacios a estas herramientas hoy nos conectan, seguro veremos un antes y un después de la tecnología luego de esta crisis de salud. Perderemos el miedo a conectarnos por plataformas digitales, hablar a una cámara, hacer transferencias y transacciones en banca virtual, comprar a través de apps y hasta la compra de una casa será una realidad.
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